Desde hace muchos años, en Venezuela existe una crisis preocupante en el sistema de salud. Aunque este problema se ha agravado en los últimos tiempos, van varias décadas desde que los hospitales dejaron de servirle con eficiencia y calidad a su público.
Con el objetivo de mejorar esta situación, el gobierno nacional actual impulsó el plan Barrio Adentro, el cual se convirtió en una Misión al poco tiempo. La idea era constituir una red de atención primaria para reducir la asistencia de la gente a los hospitales públicos, puesto que los mismos tienen muchas carencias y limitaciones.
Aunque la idea es muy buena, se fue desvirtuando con el tiempo su verdadero propósito y dicha red fue aflorando varias debilidades. Sin caer en un debate sobre si es positivo o no que sean de nacionalidad cubana los médicos que laboran en este programa social, la principal falla de barrio adentro es que la comunidad no es quien maneja y supervisa dichos ambulatorios.
Si se lograse que fueran los vecinos los encargados del manejo y administración de dichos centros asistenciales, se avanzaría muchísimo en el impulso de la participación activa de los ciudadanos en asuntos públicos y el servicio prestado fuera de mejor calidad.
El manejo de la salud no puede centralizarse, pues de esa manera recae demasiada responsabilidad en muy pocos y como dice el refrán popular: "el que asa dos conejos, uno se le quema".
Estos proyectos tienen que incluir las opiniones de las comunidades beneficiadas y ser despolitizados totalmente. Eso traerá como consecuencia positiva que los vecinos tendrán mayor sentido de pertenencia con la infraestructura del módulo y por ende, lo mantendrán en mejor estado. Además, de esta forma se podrá hacerle una contraloría social al programa para evitar posibles corruptelas que los venezolanos rechazan de plano.
Luis Eduardo Manzano
Secretario de Organización Primero Justicia Petare
Luisedu6@hotmail.com
Publicado en el Diario La Voz - 14 de marzo de 2008