5 Venenos de la democracia en Venezuela
La democracia venezolana se ha visto empañada desde hace varios años por varios venenos que hacen que ésta vaya aflorando sus fisuras y exponiendo sus debilidades. Lo más triste es que todos somos responsables de que eso ocurra, pero el impacto mayor lo causan algunos dirigentes políticos, tanto del gobierno como de sectores “radicales” de la oposición, puesto que son ellos quienes generan diversas matrices de opinión a través de los medios de comunicación social.
El primer veneno que atenta contra la democracia es el discurso antipolítico. Es increíble que a pesar de las fallas de los partidos de antes y de los ahora, la gente no entienda que las organizaciones políticas son esenciales para la democracia. Los partidos son escuelas de formación para todo el que aspire gobernar un país y allí, a estos líderes, se les da herramientas para que en sus espacios de poder, diseñen políticas públicas que mejoren la calidad de vida de la gente.
Hablar mal de los partidos es lo que más vende, pues aun padecemos del mal tercermundista de echarle la culpa de nuestros males a todo el mundo sin ver que muchas veces somos responsables de nuestras propias tragedias. Hay dirigentes que sufren de “microfonitis” y con tal de aparecer unos segundos en televisión, repiten como loros que los políticos son egoístas y anteponen sus ambiciones a las necesidades del pueblo. Irónicamente, muchos de ellos, son militantes de organizaciones políticas a escondidas, pero no lo dicen para ganar puntos en la opinión pública.
Otro veneno de la democracia y se liga con lo anterior es la abstención. No es que el poder electoral venezolano sea totalmente transparente y que brinde las mejores garantías para ir a votar, pero entendamos que ningún gobierno autoritario como el que tenemos en Venezuela nos va a poner las cosas color de rosa. Hay que dar la pelea aun con obstáculos. Es mejor exponerse a un fraude que perder por forfait y eso se demostró el pasado 02 de diciembre.
El tercer veneno que destruye la democracia es la falsa creencia de que se habla en nombre de las mayorías. Es increíble ver a líderes políticos dar grandes discursos atribuyéndose a sí mismos la representatividad de todo el pueblo de Venezuela, cuando en los sondeos de opinión se evidencia que nadie se quiere ni tomar una foto con ellos. Muy distinto es cuando se da un mensaje hablando de los problemas de la gente; eso sí refleja el sentir de todos.
El cuarto veneno es tener una dirigencia política que se crea imprescindible. Hay más de uno por allí que cree que sin su presencia, un partido u organización x o y se viene al piso. Esos “líderes” no creen en las generaciones de relevo y más bien buscan sacarlas del juego para saciar su ego.
El quinto veneno es el oportunismo. Éste va muy ligado a mentirle descaradamente a la gente y asumir posiciones frente al país por conveniencia propia y no pensando en el bien común. Cabe destacar que la rectificación es siempre bienvenida, pero como líder debes entender que no siempre debes decirle a la gente lo que quieren escuchar. Todo partido o dirigente que no esté dispuesto a decir la verdad, especialmente en el momento en el que esta no goce de mucha popularidad, está condenado al fracaso.
¿Qué quieren los venezolanos? Pues quieren un liderazgo coherente que construya mecanismos para irse renovando constantemente. También desean que la dirigencia política se asome un poco más a las ventanas del desempleo, la inseguridad, la crisis del sistema de salud y las carencias de otras tantas cosas, para así construir propuestas que le den soluciones a estos y otros males.
Luis Eduardo Manzano
Secretario de Organización Primero Justicia Petare
Publicado en el Diario La Voz